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LA DIESTRA SALVADORA DE JEHOVÁ ES UN REFUGIO

Actualizado: 21 jun 2023

"Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, de los que se levantan contra ellos." (Salmos 17:6-7).


PALABRA: Génesis 32:1-12


"1 Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. 2 Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.[a] 3 Y envió Jacob mensajeros delante de sí a Esaú su hermano, a la tierra de Seir, campo de Edom. 4 Y les mandó diciendo: Así diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he morado, y me he detenido hasta ahora; 5 y tengo vacas, asnos, ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, para hallar gracia en tus ojos.


6 Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él. 7 Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos campamentos. 8 Y dijo: Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el otro campamento escapará.

9 Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien; 10 menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. 11 Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos. 12 Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud."


INTRODUCCIÓN

Cuando niños, solíamos experimentar mucho miedo, sobre todo cuando de noche se nos apaga la luz para dormir quedando a merced de la oscuridad; eso conlleva a un temor que de manera repentina se apodera de nosotros.


El miedo, el temor repentino, no son obra de Dios; al miedo, algunos lo definen como esa sensación de angustia o de pánico que es provocado por la presencia de un peligro real o imaginario.


Temor a las consecuencias de nuestros actos


Miedo también experimentó Jacob, cuando su madre le condujo a suplantar a su hermano Esau, en el fondo él sabía que eso estaba mal, tanto que no quería ni imaginar si su padre al palparlo se diera cuenta que no era su hijo mayor y le recayera una maldición (Ver Génesis 27:11-13);


Luego, tuvo que huir de su hermano, quien juró quitarle la vida; después tuvo que salir de la casa de Laban, su tío, con sus mujeres e hijos sin decirle a este; por temor a que le quitara por la fuerza a sus hijas. (Ver Génesis 31: 31)


A pesar de que Jacob había recibido las bendiciones de su padre, y que el mismo Dios se le apareció en sueños y le prometió entre otras cosas, estar con él; Jacob sintió mucha angustia al tener que enfrentar dos campamentos “mayores” a él: su suegro y su hermano.


No obstante, confiaba en Dios, aunque se armó de estrategias humanas para enfrentarse a quienes temía; él había, sin pensarlo entrado en un campamento en donde habían ángeles de Dios. (Ver Génesis 32:1-2).


Un refugió en medio de la opresión


Un campamento, es un lugar en donde se instalan personas de manera temporal y de camino a un lugar determinado.


Con el “Éxodo venezolano” hace unos pocos años, Colombia instaló para aquellas personas que carecían de recursos, ciertos lugares llamados: “campamento para refugiados” una de las condiciones para permanecer en el lugar, era ser de nacionalidad venezolana; solo aceptaban grupos familiares.


Los servicios básicos como el agua y la energía, sólo se suministraban en un horario especial, la alimentación, según las personas que allí permanecían,: era insuficiente y restringida, tanto que muchos de ellos debían salir a “ajustar” en la calle, mendigando en los semáforos, o ejerciendo cualquier otra alternativa que se les presentara.


Algunos con muchos miedos a ser increpados por los nacionales dueños de las zonas, que les impedían trabajar o les cobraban una cuota. Con miedo a perder la vida en manos de alguien que enceguecidos por la fama con la que contaban en su momento, pudieran apagar sus sueños de refugiarse en un país seguro, de manera temporal y hasta que pudieran retornar a su país de origen.


Muchas personas en el mundo han tenido que padecer esta cruda y triste realidad. En la vida espiritual no estamos exentos de padecer a causa de nuestros opresores; aquellos que todos los días nos aprietan, los dardos del malo con los que nos atemoriza, con frases como: “no vas a poder”, “vas a perder tu hogar, tu casa, tu familia”, “no podrás acceder a esto o a aquello”, “tienes una enfermedad incurable”, “Vivirás por siempre en escasez y ruina”, “Tendrás relaciones afectivas no sanas”, “No vas poder alcanzar algo así lo desees con todas tus fuerzas, “No vas a llegar allá, porque no es para tí, porque no lo mereces, porque hiciste algo malo”.

Jesús la diestra salvadora

Todos los hombres, podemos hoy acceder a la diestra salvadora de Jehová, un refugio seguro, que no necesariamente tiene que ser temporal, pues lo que en realidad ofrece es eterno; un refugio lleno de luz en donde podemos acceder al verdadero alimento, si nos acercamos y permanecemos de manera genuina y sincera. No necesitamos intermediarios, Jesús es el único a quien el Padre ha señalado.(Ver Juan 6:27)


Este refugio, provee también agua, para que en medio de la aridez en el desierto, la oscuridad de la noche, el camino al fracaso y el tormento en el que por temporada podemos llegar a experimentar en un mundo gobernado por el maligno, podamos confiar en las promesas que recibimos cuando decidimos dar el sí y creer en ellas:


"Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra, de los que se levantan contra ellos." (Salmos 17:7)

Jacob experimentó el miedo, el temor a perder a su familia, se angustió mucho ante la posible reacción de su hermano al encontrarlo en el camino a casa (Su más anhelado deseo) si escapaba de la espada de este, seguramente volvería a la presión que ejercía sobre él, su tío Labán.


La diestra salvadora de Jehová, es esa misma que servía como cueva al rey David, cuando se sentía en angustia a causa de los que lo persiguen para tomar su vida; él sabía que en el único en quien podía refugiarse era en aquel que profetizaba para entonces y al escribir el salmos: “Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra” (Salmos 17:6).


Un refugio es el ofrecido por Jesús al padre del muchacho endemoniado, pues después de vivir tantos años de opresión Jesús se presentaba como una respuesta a tantos años de padecimiento (Marcos 9:21-22)


Conclusión


Jesús es la diestra salvadora de Jehová, en Él podemos hallar un refugio eterno, no solo en la tierra, sino que ha ido a preparar morada para nosotros en el cielo (Ver Juan 14:2)


Reflexión - ¿Qué te ha hablado el Espíritu Santo?

  1. ¿Has vivido o te encuentras viviendo alguna situación de temor, angustia u opresión?

  2. ¿A quién recurres cuando te sientes oprimido?

  3. ¿Te ha dado el Señor alguna promesa para repeler la opresión?

Comparte alguna de tus impresiones con tus compañeros de grupo, y pide apoyo en oración en caso de requerir.


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