top of page

SI OBEDECEMOS A OTROS. ¿CÓMO NO OBEDECER A DIOS ?

En nuestro mensaje anterior hablamos de lo importante que es poner en primer lugar los planes de Dios para nuestras vidas, aun por encima  de los nuestros; también hablamos de la forma como a veces de manera mecánica nos acercamos a Dios para consultar acerca de nuestras decisiones, pero ya teníamos predeterminada nuestra elección.


En el mensaje de este día queremos animarlos a obedecer a Dios por amor, que a pesar de nuestra imperfección insistamos en que nuestro corazón esté inclinado a obedecer las instrucciones del Señor, porque en ello hay grandes recompensas. Si en ocasiones hacemos lo que a otros agrada, ¿por qué no hacer lo que nos instruye aquel que se supone tiene el primer lugar en nuestras vidas?


PALABRA: (Jeremías 35)


Palabra de Jehová que vino a Jeremías en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo: 2 Ve a casa de los recabitas y habla con ellos, e introdúcelos en la casa de Jehová, en uno de los aposentos, y dales a beber vino. 3 Tomé entonces a Jaazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos, a todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas; 4 y los llevé a la casa de Jehová, al aposento de los hijos de Hanán hijo de Igdalías, varón de Dios, el cual estaba junto al aposento de los príncipes, que estaba sobre el aposento de Maasías hijo de Salum, guarda de la puerta. 5 Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije: Bebed vino.


6 Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos; 7 ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la retendréis; sino que moraréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros habitáis. 8 Y nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó, de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras hijas; 9 y de no edificar casas para nuestra morada, y de no tener viña, ni heredad, ni sementera. 10 Moramos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas las cosas que nos mandó Jonadab nuestro padre. 11 Sucedió, no obstante, que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió a la tierra, dijimos: Venid, y ocultémonos en Jerusalén, de la presencia del ejército de los caldeos y de la presencia del ejército de los de Siria; y en Jerusalén nos quedamos.


12 Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 13 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Ve y di a los varones de Judá, y a los moradores de Jerusalén: ¿No aprenderéis a obedecer mis palabras? dice Jehová. 14 Fue firme la palabra de Jonadab hijo de Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han bebido hasta hoy, por obedecer al mandamiento de su padre; y yo os he hablado a vosotros desde temprano y sin cesar, y no me habéis oído. 15 Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis. 16 Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no me ha obedecido. 17 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí traeré yo sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que contra ellos he hablado; porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no han respondido.


18 Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Por cuanto obedecisteis al mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó; 19 por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No faltará de Jonadab hijo de Recab un varón que esté en mi presencia todos los días.” - Jeremías 35

La obediencia hace la diferencia.


Si bien es cierto el versículo 18 y 19 no nos enseña directamente una recompensa por haber obedecido a Dios, sino a Jonadab, padre de los recabitas; Jehová quiso hacer una analogía del pueblo de Israel con los Recabitas por la obediencia de estos últimos en contraste a la desobediencia de los primeros.


Varias cosas tenían en común ambos pueblos, culturalmente había afinidad los recabitas fueron nómadas al igual que el pueblo de Israel que durante 40 años estuvo en el desierto sin establecerse en algún lugar.


De hecho esa afinidad y probablemente las cosas en común que históricamente habían compartido con Israel los llevó a refugiarse temporalmente en Jerusalén, creyendo probablemente que el mismo Dios que algún día vieron actuar con poder a favor de su pueblo Israel, los protegería también esta vez junto con ellos. 


Pero Dios quería resaltar la obediencia del pueblo de Recab a sus padres Jonadab, para enseñarle al pueblo de Israel, y consecuentemente juzgarlos. Así que muy a pesar de ser su pueblo, el juicio vino sobre Israel; sin embargo la obediencia marcó la diferencia con los Recabitas quienes tuvieron la promesa de gozar eternamente de la presencia de Jehová.

 

Una lealtad recompensada


Los recabitas no fueron invitados por cualquiera al templo, fueron invitados nada más y nada menos que por Jeremías, el profeta con mayor autoridad en esos tiempos y no fue cualquier invitación fue para beber vino.


Podemos llegar a creer que los recabitas vivieron un momento de confusión porque no sabían si obedecer al profeta o seguir las costumbres establecidas por sus antepasados.


Yo particularmente pienso que ellos ni siquiera lo dudaron tenían clarísimo lo que debían hacer, obedecer aún fueran invitados por un profeta sabían que sus actos no estaban deshonrando, ni desobedeciendo  a sus antepasados, ni al Dios altísimo.


Y es precisamente eso lo llamativo de este pueblo que sin ser Israelitas, obedecieron a su padres Jonadab generación tras generación, y ese ejemplo de obediencia sería utilizado para juzgar la actitud de desobediencia de los Israelitas con Jehová que una y otra vez les insistió que se volvieran a Él.


Si obedecemos a otros. ¿Cómo no obedecer a Dios?


Pagamos impuestos, conservamos la derecha mientras conducimos, ponemos los celulares en modo avión durante un vuelo; pero cuando se trata de cumplir las reglas de Dios se nos dificulta.


Durante mis estudios preuniversitario en la capital del país viví con mi padre y mi madrastra, quien en ocasiones me enviaba a hacer un recado, cosa que hacía con gusto por nuestra buenas relaciones; sin embargo, en mis segundas vacaciones llegué a mi provincia no atendí la instrucción de mi madre, quien al igual que mi madrastra me envío por un recado; su reacción fue lógica y me trató con indiferencia por haber desobedecido.


En la noche no pude estar tranquilo, no podía sentirme bien con el hecho de pensar que obedecí a mi madrastra, pero no a mi madre, haciendo conciencia que mi madre era más importante para mi.


Tuve que pedirle perdón a mamá, y para no sentirme tan mal, mejor decidí desobedecer a las dos, jajajaja  ¡claro que no!, decidí obedecer a mamá.


Si Dios es importante en tu vida sería genial que hicieras ese tipo de reflexión de cara a los preceptos y estatutos que él establece.


No olvides como dice la palabra que “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”


Conclusión 


Obedecer a Dios tiene recompensas de su parte, y aunque nuestra motivación genuina a obedecer es por amor, vamos a recibir recompensas  así como a los recabitas.


La promesa de que no faltaría día alguno en el que la presencia de Dios estuviera con los recabitas, es también con nosotros; sabemos que ciertamente somos imperfectos y que no somos justificados por obras; pero tener un corazón inclinado a seguir los mandatos del Señor hace la gran diferencia; porque quien juzga las intenciones del corazón nos promete su cobertura y protección bajo las cuales podemos experimentar la paz,  seguridad y la confianza que solo Él puede dar.


Preguntas para reflexionar


  • ¿Vas a ver a tu novio/novia, sin importar si llueve o no, pero ante la primera llovizna cancelas tu cita en la iglesia?

  • ¿Reservas tiempo cuando te lo solicita tu jefe; pero no logras programar tiempo para Dios.?

  • ¿Reservas para tus impuestos, servicios, etc; pero se te dificulta diezmar?

  • ¿Acudes al matrimonio o la reunión social en tardes horas de la noche, pero para la vigilia argumentas que es peligroso?

¿Qué te ha hablado el Espíritu Santo?


IMPORTANTE: Lo que sea que el Espíritu Santo te instruya genera un plan de acción y rinde cuenta a algún compañero de grupo, líder, o pastor.


Comparte alguna de tus impresiones con tus compañeros de grupo, y pide apoyo en oración en caso de requerir.


Entradas recientes

Ver todo

Comments


ACERCA DE NOSOTROS

Somos una comunidad creada para llevar esperanza a los necesitados, a los no alcanzados a través del amor y servicio, sustentados en el glorioso nombre de Jesús

DIRECCIÓN

Carrera 10 # 28-18, Barrio El Silencio, Quibdó, Chocó, Colombia

EMAIL: riosdeesperanzaquibdo@gmail.com

TELÉFONO: +57 321 728 5026

SUSCRÍBASE PARA NUESTROS EMAILS

Gracias por suscribirte!

© 2021 by Rios de Esperanza

bottom of page