top of page

LA MERA INFORMACIÓN NO SALVA

Muchas veces somos portadores de información privilegiada, pero no logramos sacarle el jugo a dicha información, me gozo por aquellos que en cuanto escuchan el evangelio con fe deciden tomar las promesas.

Asumamos que usted está atravesando un momento en su vida en el que hay escasez de agua, y que se entera de una primicia que en alguna parte del municipio de Quibdó hay agua gratis; sin embargo, pese a que usted está enterado de la primicia decide permanecer en casa?.


PALABRA: (Lucas 23:32-49)

32 Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos. 33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes. 35 Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de Dios. 36 Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, 37 y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 38 Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.

39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. 40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo. 42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

44 Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 45 Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. 46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. 47 Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. 48 Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho. 49 Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.

Cara a cara con Jesús


Al meditar un poco acerca de la vida de este ladrón podríamos suponer que en el transcurso de su vida no habría hecho las cosas que agradaban a Dios y que por sus propias palabras merecía estar allí en una cruz a punto de morir, podríamos deducir que no era inclinado a hacer obras de beneficencia, ni mucho menos que asistiera los sábados a la sinagoga, o que leyera las sagradas escrituras.


Ahora te invito a hacer un paralelo leyendo la historia del joven rico:


17 Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. 20 Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. 22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.” (Marcos 10:17-22)


Contrario al personaje anterior este hombre seguramente había asistido a la sinagoga, había leído las escrituras, había hecho algunas obras en favor de los necesitados, pero en un momento crucial para su vida, en un cara a cara con Jesús tuvo la oportunidad de hincarse ante Él, pero no lo hizo.


El joven rico seguro no merecía estar crucificado, pero el ladrón lo tenía bien merecido, ambos tenían un vida previa, seguro uno había escuchado del Padre, aquel que estaba en lo cielos, y ambos tuvieron la oportunidad de tener a Jesús cara a cara, uno se decidió por Jesús, el otro no.


Información sin peso en nuestras decisiones de vida


En el mundo secular cuando hablamos de un hombre inteligente, nos referimos a un hombre capaz de poder resolver los problemas, algunas veces con poca información pero finalmente capaces de resolver problemas.


Hoy se ha confundido la inteligencia con la acumulación de información y no con la capacidad práctica de resolver problemas.


Algo similar puede ocurrir en el mundo espiritual, muchos conocen el evangelio, la vida de Jesús y leen la Biblia pero no son capaces de tomar decisiones importantes alineadas a la voluntad del Padre.


Muchos están informados que Jesús salva, muchos han oído que Jesús sana, pero es mera información porque no logran conectar con su Espíritu y así estar habilitado para interiorizar y vivirla.


Estos dos hombres se enfrentaban a un gran problema común: la vida eterna, pero sus decisiones fueron diametralmente opuestas. Uno sin mucha información y poco tiempo, decidió seguir a Cristo, el segundo con mucha más información y mucho más tiempo, se fue muy triste porque tendría que dejar sus riquezas para seguir a Cristo.


“El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.” - Proverbios 9:10


Creer o no creer


Por naturaleza decidimos creer para muchas situaciones en nuestra vida, sino lo hiciéramos estaríamos completamente locos con tanta incertidumbre que nos impediría tomar decisiones; por ejemplo: ¿Cómo sabe usted que sus padres son realmente sus padres biológicos? - ¿Cómo sabe si el avión en el que se va a montar fue bien construido?, ¿Cómo sabe si los semáforos cambian luces de manera sincronizada?, ¿Cómo sabe si la comida que le dan en un restaurante no está envenenada?


En aquella escena en la que estaban los ladrones condenados a muerte cada uno en una cruz, a un lado y otro de Jesús, pero solo uno de ellos tomó la iniciativa de creer, eso le daba esperanza, en el peor de los casos si Jesús no le daba vida eterna, estaría muerto como su compañero; pero si era verdad que Jesús daba vida eterna, ese mismo día estaría deleitándose en el paraíso.


Aunque fuera imposible creer en la existencia de Dios, creer sería la mejor decisión desde el punto de vista racional.


De cualquier manera, la invitación no es que solo crea racionalmente, sino que lo haga desde sus vísceras, desde el corazón.


La mera información no salva, se necesita creer para activar lo que está dicho.

Conocimiento a Jesús


Conocer es una palabra usada en el antiguo testamento que en el griego es Yada y se utiliza para expresar una relación íntima. Podemos estar supuestamente con Él, ir a la iglesia, estudiar la Biblia, pero si no tenemos esa relación íntima, en la que conocemos sus deseos y su voluntad, en la que conocemos su carácter y porque lo conocemos nos atrevemos a creer, de nada sirve tanta información.


1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. 8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. 12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. 13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré. (Juan 14: 1-14)


Tomas y Felipe permanecieron durante mucho tiempo con el Señor Jesús, sin embargo no había sido revelados acerca de quién era Jesús, esa convicción no le podía ser dada hasta que no conociera verdaderamente a Jesús a través de la revelación del Espíritu Santo.


Conclusión


Muchos de nosotros nos podemos parecer a Felipe que aunque estaba al lado de Jesús y compartió mucho tiempo con él, no lo reconocía como el camino la verdad y la vida; venimos a la iglesia, levantamos las manos y nos postramos, pero realmente no nos atrevemos a creer.

Preguntas para reflexionar

  1. ¿Realmente has creído con el corazón en las promesas que el Señor te ha entregado?

  2. ¿Hay alguna situación en tu vida que amerita que creas ahora mismo?

¿Qué te ha hablado el Espíritu Santo?


IMPORTANTE: Lo que sea que el Espíritu Santo te instruya genera un plan de acción y rinde cuenta a algún compañero de grupo, líder, o pastor.

Comparte alguna de tus impresiones con tus compañeros de grupo, y pide apoyo en oración en caso de requerir.

  • riosdeesperanzaquibdo@gmail.com

  • +57 321728502

Comments


ACERCA DE NOSOTROS

Somos una comunidad creada para llevar esperanza a los necesitados, a los no alcanzados a través del amor y servicio, sustentados en el glorioso nombre de Jesús

DIRECCIÓN

Carrera 10 # 28-18, Barrio El Silencio, Quibdó, Chocó, Colombia

EMAIL: riosdeesperanzaquibdo@gmail.com

TELÉFONO: +57 321 728 5026

SUSCRÍBASE PARA NUESTROS EMAILS

Gracias por suscribirte!

© 2021 by Rios de Esperanza

bottom of page