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¿CUÁL ES TU MÁXIMO COMO HIJO DE DIOS?

Actualizado: 31 may 2023

No es lo mismo dar lo máximo cuando te consideras una langosta a dar lo máximo cuando te consideras hijo del Dios viviente.


Tu identidad en Cristo es relevante para asumir la actitud correcta para abordar los retos. En este mensaje veremos de manera paralela dos historias que usted puede leer de manera completa así:


24 Y todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor. 25 Y cada uno de los de Israel decía: ¿No habéis visto aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel. Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel. 26 Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? 27 Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que le venciere. ...

31 Fueron oídas las palabras que David había dicho, y las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. 32 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. 33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. 34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. …

41 Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. 42 Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43 Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. 44 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.”


Únicamente la fe puede hacer que una promesa te dé esperanza

Hemos estado diciendo que la Palabra de Jehová no es verdad en la boca de todo el mundo, hasta el mismo diablo conoce las escrituras, hemos insistido en la necesidad de estar en comunión con el Espíritu Santo para tener discernimiento espiritual y entender si la promesa viene de Dios.


Ahora seguro de que la promesa proviene de Dios, si lo dice Él, debería infundir aliento, animarte, darte esperanza; pero parece ser que esto no es cierto para todo el mundo, quien no conoce el nombre de Jehová no podrá confiar en sus promesas (Ver Salmos 9:10) y jamás podrá tener esperanza. Es más, existen hombres que podrían estar viendo grandes proezas, señales, prodigios y maravillas y aún así seguir incrédulos.(Ver Apocalipsis 9:20).


La Palabra de Dios relata una historia poderosísima que nos ayuda a ilustrar este escenario:


Después de que Jehová había abierto el mar rojo, después de que había enviado codornices y maná del cielo, el pueblo de Israel llegó al frente de la tierra prometida y Jehová instruyó a Moisés para que enviara a doce espías y observaran la tierra que había prometido y las personas que allí habitaban.


Los encargados de esta misión fue un grupo de 12 príncipes, quienes vieron lo maravilloso de esa tierra en la que ciertamente fluía leche y miel; pero su falta de fe en Dios no les permitió verse con capacidad de derrotar a los habitantes, de hecho la actitud de un grupo de príncipes fue la de devolverse, dicha actitud se deriva del hecho de no conocer el carácter de su Dios.

“1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3 ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? (Números 14:1-3)


¿Acaso su Dios no era bueno?, ¿cómo se les ocurrió pensar que Dios los llevaba a ese lugar a morir a espada?. ¿Acaso su Dios no era poderoso?, ¿no creyeron que así como los sacó de Egipto podría vencer a los moradores de la tierra prometida?

La imagen que Dios quiere que veas de ti

Cuando sabes quien eres en Jehová, puedes enfrentar las situaciones de una mejor manera, David era pequeño comparado con el gigante Goliat, pero sin duda sabía quién era Él por causa de Jehová. David sabía que en un duelo mano a mano, físicamente perdería con el gigante, pero de su boca salió algo que estaba en su corazón:


“46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. 47 Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos”.


Por otro lado, 10 de los 12 príncipes, no tenían esa relación íntima con Jehová, no conocían su nombre, por lo tanto no podrían confiar en Él, esperaban superar la situación en sus propias fuerzas y al verse ante la imposibilidad de vencer en un mano a mano, no tendría otra opción.

Tu confianza en Jehová te da la perspectiva correcta para enfrentar los problemas.

Mientras los príncipes se veían como langostas: (Ver Números 13:33), David se veía como un protegido del Dios viviente (1 Samuel 17:26). No es lo mismo dar lo máximo cuando te consideras una langosta que dar lo máximo cuando te consideras hijo del Dios viviente.


¿Qué esperas hallar en alguien que se cree poca cosa?, ¿Te entregará tu jefe una responsabilidad mayor si te percibe apocado?, ¿Que espera el pastor de su siervo cuando en todo ve problemas?, ¿Qué espera tu ciudad de ti cuando te ves incapaz de aportar a su bienestar?


A nosotros nos encantaría estar rodeado de personas que sepan quienes son en Cristo, personas que se atrevan a creer las promesas de Dios en su vida; en lugar de estar rodeado de pusilánimes cuya falta de confianza y valor no les deja alcanzar los grandes retos de transformación que las familias, barrios y ciudades necesitan.

Tu falta de Fé hará que pierdas la promesas


Toda la generación incrédula de Israel no pudo ver la tierra prometida a causa de su falta de fe (Ver Números 14: 20-23)


Si no eres capaz de creer en la promesa no eres apto para vivirla, Dios lo hará contigo o sin ti, si tienes la oportunidad de escucharla, atrapala, no seas pusilánime y avanza confiado de que hay un Dios todopoderoso que lo hará posible. Esa fue precisamente la actitud que le permitió a Caleb ser recompensado por Dios y ver la tierra prometida.


24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. (Números 14:24)


Caleb tuvo la gran dicha de poseer la tierra prometida porque tenía plena confianza en Dios, una confianza demostrada en sus actos, tras escuchar la queja de sus compañeros príncipes acerca de la tierra que fueron a ver, ésta fue su respuesta:

“30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.” (Números 13:30)


Tu identidad en Cristo es clave para asumir los retos con la actitud correcta

David fue a llevar la comida a sus hermanos y presenció en el campo de batalla a un gigante atemorizando al pueblo de Israel durante 40 días; mientras el resto del pueblo temblaba de miedo, su respuesta ante esa situación fue:

“...¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?”


Por otro lado, solo 2 de los 12 príncipes que fueron a espiar la tierra prometida durante 40 días, tuvieron gran ánimo a causa de lo bueno que la tierra poseía; en lugar de asustarse como los restantes 10 a causa de los problemas que sus limitados sentidos les permitía percibir acerca de los moradores de dicha tierra.


8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. 9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.



¿Qué tenían en común estos valientes?



Ellos no pusieron sus ojos en los problemas, sino en el Dios todopoderoso; ellos no confiaron en sus posibilidades como hombres, sino en sus posibilidades con Dios a su lado; ellos se vieron como protegidos del Dios viviente, en lugar de verse como langostas incapaces de alcanzar lo prometido por Jehová. ¿Eres un valiente?



CONCLUSIÓN


Si logras verte con los ojos que Dios te ve, si tienes conciencia plena de tu relación con tu Padre celestial; tu máximo estará más allá de lo que te atrevas a creer.

Al tener una autopercepción como Caleb, Josue y David podrás enfrentar cualquier reto por gigante que te parezca.


¿QUÉ TE HA HABLADO EL ESPÍRITU SANTO?

  1. ¿Te crees incapaz de alcanzar la hazaña que Dios ha puesto en tu corazón?

  2. ¿Solo puedes soñar con cosas pequeñas?

  3. ¿Sientes que no has logrado nada en tu vida?

  4. ¿No logras la disciplina y fuerza requerida para alcanzar grandes cosas?

Comparte alguna de tus impresiones con tus compañeros de grupo, y pide apoyo en oración en caso de requerir.

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